jueves, 3 de abril de 2008

F40 y los Cars


El primer objeto de mi particular caja de tesoros tiene muchos años; procede de Caramulo, un pequeño pueblo portugués a donde llegué siguiendo un recorte de un dominical. Para un amante de los coches como yo, un museo con joyas como las que allí me prometían era un anzuelo demasiado jugoso como para no picar; y no me decepcionó, dos Ferrari aparcados ante la puerta fueron el preludio de una de las tardes más divertidas que recuerdo. A la salida compré ese F40 de madera que podéis ver y que lleva conmigo unos 15 años, está un poco envejecido pero conserva el sabor de aquel museo al que espero volver.
La canción que hoy quiero dejar en el cofre con el coche se remonta aun más atrás en mi vida, a 1984, cuando mi vida caminaba entre la sala de juegos, los macarrones gratinados de la “Napoles” y las noches de discoteca. El sonido de los Cars y este “Heartbeat city” siempre me producía una sensación mezcla de angustia y esperanza, una sensación que aun me acompaña hoy en día.