domingo, 5 de octubre de 2008

CINE CINE CINE

En un tiempo en el que cada vez se va menos al cine y cuando lo hacemos compramos las entradas por internet recuerdo que la gran pantalla forma parte de mis mejores recuerdos. Cuando a las cinco saliamos de clase corriamos a casa para merendar algo rápido y llegar a la sesión de las siete, la entrada que veis corresponde a una sala que cerro hace mucho como cine aunque el nombre continua como uno de los mejores locales de conciertos de España (aunque aquí casi nadie lo vea). En el capitol aplaudí la aparición de Superman para salvar a Lois Lane, me sorprendí ante el tamaño de los destructores imperiales de la saga de las Galaxias, flipe con el Delorian de "Regreso al futuro" y desee aprender artes marciales con Karate Kid. Recuerdo el bar de la parte superior, que apenas cambió, en donde comprabamos caramelos y gominolas; las butacas rojas y las plateas de los laterales donde se estaba más comodo; las colas para pillar entradas si uno llegaba tarde y las dudas al estar en los límites de los dieciseis en alguna película. Muchas de las películas que allí disfrute ahora las comparto con mis hijos en el sofa de casa y revivo en sus caras lo que yo sentí en aquella época; no creo que cualquier tiempo pasado fue mejor pero, al menos en mi caso, fue en muchas ocasiones muy muy bueno.